Uno de los aspectos más importantes en el cuidado de niños y bebés es su alimentación. Se trata de un tema que interesa y preocupa a partes iguales y como expertas en el cuidado de niños sabemos que es esencial. El pediatra Carlos González nos ofrece, tanto a cuidadoras de niños como a familias, una serie de consejos muy útiles a la hora de disfrutar de la comida:
1 – Nunca obligar a los niños. ¿Te imaginas obligar a tu pareja a terminarse toda la comida del plato? ¿Qué regañas a tu compañero de trabajo por no probar un plato de verduras? Esto es totalmente impensable, ¿Y por qué a un niño sí se lo hacemos? Que no quiera comer o probar un alimento no tiene que ser sinónimo de capricho. Simplemente no tiene más hambre o no quiere. Respeta al niño y ofrécele la comida con tranquilidad y cariño.
2 – Nunca enfadarse. Los niños no son capaces de comprender por qué las personas que más quieren, sus papás, mamás y cuidaras, le obligan a comer cuando no quiere más y, además, se enfadan y regañan.
3 – La cantidad que necesiten los niños y bebés. Ten en cuenta que el estómago de un niño o bebé es del tamaño de su puño. ¿Cuánta cantidad de comida equivale a ese puño? Seguro que bastante menos que lo que les exigimos comer.
Además, cada persona es diferente y necesita un aporte calórico y de nutrientes distintos. Pretender que un niño como la cantidad que nosotros establecemos es impensable y medir a todos los niños por el mismo rasero es igual de inverosímil.
4 – Todo es relativo. ¿Qué es mucho y qué es poco? Para algunos padres que el niño no coma mucho significa que no ha rebañado un plato lleno hasta los bordes, cuando para otros con que coma cinco cucharadas es suficiente.
5 – Instinto de supervivencia. “Mamá se me ha hecho bola…” Los niños que son obligados a ingerir alimentos tienen a defenderse acumulándolos sin tragar, escupiéndolos o incluso vomitando. No se trata de un acto de rebeldía, desobediencia o capricho. Se trata de un instinto de supervivencia ante el rechazo a los sabores desconocidos.
También puede suceder que los pequeños se nieguen a tomar algo porque les produce alergia o intolerancia. La leche, el gluten, el huevo o cualquier otro alimento incompatible con su inmaduro organismo puede provocarles un rechazo instintivo.
6 – No se trata de nada personal. Muchos papás y mamás tratan la inapetencia como algo personal, como un castigo de sus hijos hacia ellos. Como cuidadores de niños y bebés deberíamos saber que los niños raras veces emplean esto medios.
7 – A veces realmente no comen, entonces hay que revisar qué está sucediendo. Muchos niños pasan por enfermedades o por situaciones transitorias como pérdidas, celos, cambios que les provoca rechazo de la comida. También los bebés pueden negarse a alimentarse si no se lo da su mamá y pueden estar ocho horas sin comer y cuando mami regresa, devorar.
8 – Pecho a demanda. Obligar a un bebé a comer cada ciertas horas y privárselo condicionándolo a tus tiempos no tiene sentido. La leche materna conviene alargarla hasta los dos años y sin imposición de horarios; a disposición del bebé.
9 – Nunca chucherías. Los dulces y las golosinas ni alimentan ni son saludables ni necesarias. No las utilices como premio ni las ofrezcan antes de los dos años. El azúcar añadido a los alimentos es totalmente prescindible y no le aporta nada a tu pequeño. Una vez al año, como máximo.
10 – La locura de los percentiles. Estas gráficas son orientativas, no coinciden entre países y no ofrecen una información rigurosa y de valor a los padres que en muchas ocasiones las toman como referencia rigurosa. Esto provoca confusión y sobre todo una frustración enorme.
Los cuidadores de niños y bebés y las familias tenemos una gran responsabilidad con los niños en su alimentación. Con respeto, paciencia y mucho cariño podemos adentrarles en el maravilloso mundo de la alimentación saludable y disfrutarlo con ellos.