Bajan las temperaturas, se acortan las tardes de sol y comienza la nueva aventura de la escuela infantil, en muchos casos. Con la llegada del otoño, nuestro cuerpo debe habituarse a algunos cambios y, en el caso de los bebés, estos se acentúan y puede afectarles en mayor medida. ¿Estáis preparados para el cuidado del bebé en otoño? Nuestras expertas en el cuidado de niños nos ayudan con estos 5 prácticos consejos.
- Evita los cambios bruscos de temperatura
Siempre que puedas, intenta salir a pasear con tu bebé a media mañana o antes de que anochezca ya que este es el momento en que se produce un cambio más brusco de la temperatura.
La primer ahora de la tarde y hasta el atardecer, es el momento ideal para disfrutar del exterior sin que la bajada del termómetro nos juegue malas pasadas.
También estate atenta a la temperatura de los lugares cerrados ya que si le hemos abrigado puede pasar calor y sudar o por el contrario, si no le hemos vestido correctamente puede resfriarse en un sitio que tenga aire acondicionado.
- Lleva ropa de abrigo y para la lluvia
Salir de casa en esta estación es un poquito más complicado que de costumbre ya que las temperaturas bajan en cuestión de minutos y hay que estar preparado.
Debes tener siempre, en la cestita del carro o en el bolso maternal, una mantita o arrullo y ponérsela siempre que notes un ligero cambio de temperatura.
Guarda un par de patucos o de calcetines que tampoco ocupan y pueden protegerle los pies del frío repentino.
También es importante el plástico de lluvia que le protegerá de las primeras inclemencias del otoño. La burbuja no pesa y ocupa muy poco espacio y es indispensable si queremos evitar que nuestro pequeño enferme por mojarse bajo la lluvia.
3. Establece una rutina
Los horarios de verano son muy diferentes a los del otoño. Tu bebé deberá acostumbrarse a las nuevas rutinas diarias, algo esencial para ayudarle a identificar qué va a pasar en cada momento y se sienta más seguro y tranquilo.
Todo se adelanta y los días son más cortos. Es importante incluir en esas pequeñas rutinas, siestas más cortas, tardes de juegos, el baño antes de acostarse y un cuento relajante que le prepare, junto con vuestro beso de buenas noches para dormir y descansar toda la noche.
- Sigue una alimentación e higiene adecuada
El otoño es la estación de los platos de cuchara, ricos en fibra y proteínas, como las lentejas, los garbanzos y las judías, así como de las frutas y verduras ricas en vitamina C como las naranjas, mandarinas y calabazas alimentos ideales para preparar a nuestro cuerpo para luchar contra los virus propios de esta estación.
Y además de incluir estos alimentos en nuestra dieta, debemos ayudar a nuestro cuerpo también a combatir estas enfermedades con una buena higiene.
Las escuelas infantiles, los parques, los sitios cerrados son ideales para la proliferación de virus y con ellos, la tos, los mocos, los contagios de infecciones respiratorias, etc. Los pequeños tocan todo y se chupan las manos. Lavarnos las manos bien con agua y jabón, así como lavárselas al bebé, es una medida decisiva a la hora de evitar contagios.
Aunque los bebés también tienen que inmunizarse y es muy probable que durante el otoño se pueda resfriar sin que sea nada grave. Esto irá preparando su sistema inmunológico y haciendo a los pequeños más fuertes.
- Abrígale correctamente por la noche
Un buen descanso depende en gran medida de la temperatura. Todavía es pronto para encender la calefacción, pero ya hace frío y además de dormir con la ventana cerrada, debe estar arropado y protegido de los cambios bruscos de temperatura. Una buena solución son los sacos de dormir que procuran que el bebé esté cómodo y calentito sin abrigarle demasiado.
Procura que no haya más de 21ºC en el dormitorio para que no se seque el ambiente y el bebé pueda dormir plácidamente