Consejos para mantener la casa limpia conviviendo con un perro
Convivir con una mascota, según algunos estudios, conlleva importante beneficios tanto psicológica como físicamente a niños y ancianos: mejora la estabilidad emocional y la autoestima, desarrolla la responsabilidad y la empatía, fomenta las relaciones sociales, incrementa la actividad física, aporta seguridad y amor incondicional y llega a convertirse en un miembro más de la familia.
Tener una mascota es una importante decisión ya que conlleva una serie de responsabilidades a tener en cuenta por toda la familia, entre ellas la de limpieza del hogar y este factor puede llegar a ser decisivo.
No obstante, si seguimos una serie de pautas en la limpieza en nuestro hogar, no tendremos ningún problema.
Limpia a diario
Tener una mascota no significa descuidar la limpieza del hogar; todo lo contrario, debes estar más alerta ya que, inevitablemente, se ensucia más. Es importante que mantengas la limpieza al día para que no te acumule. Intenta minimizar la decoración y los muebles para reducir al máximo el trabajo de limpieza de la casa.
Para eliminar los pelos que va perdiendo lo mejor es aspirarlos.
También deberás limpiar las cosas de tu mascota, sobre todo su camita que debe tener telas fácilmente lavables, para que además no desprenda olores desagradables.
Elimina el mal olor
Lo primero que percibimos al entrar en su casa es su aroma. Los perros tienen un olor característico y que huela a tu mascota no es la mejor opción, de modo que, además de mantener una limpieza regular de la casa es importante que pongas algún ambientador, si es fresco y natural mucho mejor, porque así no enmascarará el olor.
Es importante ventilar la casa para eliminar los olores y que entre el aire fresco, tanto en verano como en invierno.
Debes también mantener limpia a tu mascota, preocuparte de su aseo y bañarla con la regularidad que requiera.
Asea a tu mascota
Cepilla diariamente a tu mascota. Aunque no se encuentre mudando el pelo, lo mejor es cepillarle el pelo regularmente, de esta forma evitarás encontrar pelos por todas partes facilitando la limpieza del hogar y aprovecharás para mimarle un poquito. Además, puedes encontrar una gran cantidad de utensilios para ayudarte a eliminar los pelos de tu hogar. Para quitarlos de la ropa o de los sillones, puedes usar un rodillo pegajoso o una esponja húmeda.
También debes bañarle con asiduidad, con productos específicos. Consulta a tu veterinario para no bañarle en exceso y que pueda perder su capa protectora natural.
Sustituye las alfombras
No significa quitarlas sino cambiar las que sean de lana por otras de bambú que incluso se pueden fregar.
Elige tapicerías y alfombras que no requieran grandes cuidados y que no sea complicado limpiarlas.
Pon fundas protectoras
Debes tener en cuenta que limpiar los sillones es más complicado que las alfombras, por eso, la mejor opción es elegir unas bonitas fundas que se quiten fácilmente y se puedan lavar con regularidad. Aunque tu mascota no se suba, los pelos están en el ambiente y acabarán en el sillón.
Dale un lugar propio
La mascota debe tener un lugar donde dormir y donde pueda limpiarse y acicalarse con facilidad. Si se trata de una caseta, su limpieza puede ser más sencilla, si se trata de un “rinconcito”, procura mantenerlo ordenado y aseado. Guarda sus juguetes, sacude diariamente su camita y procura lavar todas sus cosas una vez a la semana.
También debe tener su lugar propio donde comer y beber, que aconsejamos no sea en la cocina, por motivos de higiene y faclidad de limpieza del hogar. Es muy buena idea ponerle una alfombrilla, de esta manera, proteges el suelo de las salpicaduras de agua y comida y podrás limpiarla fácilmente.
Educa a tu mascota
Si desde cachorro le enseñas buenos hábitos de higiene y a hacer sus necesidades fuera de casa, te costará mucho menos mantener la casa limpia.
Ten paciencia.
Sé consciente de que se trata de un animalito y que la convivencia no es sencilla. No olvides sus limitaciones ni las tuyas.